Madrid, 11/6/2025 — La VI edición de las Jornadas Neurocientíficas y Educativas de la Fundación Querer concluyó el 11 de junio en Madrid tras dos días en los que la neurociencia, la educación y la genética se han dado la mano en busca de soluciones y tratamientos innovadores para los trastornos del neurodesarrollo y el lenguaje.
Más de 30 expertos internacionales en neurociencia, educación, genética y tecnología se han reunido en el Campus Almagro de la Universidad Camilo José Cela, una cita ya consolidada que ha ofrecido conocimiento puntero en torno a los trastornos del neurodesarrollo, el lenguaje y las nuevas fronteras terapéuticas.
La apertura oficial corrió a cargo de Pilar García de la Granja (presidenta de la Fundación Querer), Nieves Segovia (presidenta del Grupo SEK) y Ana Pastor (exministra y presidenta de AMA, Agrupación Mutual Aseguradora). Esta última destacó el carácter transformador del modelo impulsado por la Fundación, que aúna educación, investigación y comunicación. “Estas jornadas son un lugar de encuentro para la esperanza”, declaró.
La jornada arrancó con la intervención de la neuropediatra María José Mas, quien destacó que en España hay más de 500.000 niños con trastornos del neurodesarrollo. Reclamó atención integral y personalizada, y cuestionó el peso excesivo de las etiquetas diagnósticas: “No basta con el diagnóstico; hay que mirar al niño”.
El doctor Álvaro Pascual-Leone, profesor de Neurología en Harvard y director de centros líderes en estimulación cerebral, abordó la estimulación cerebral no invasiva como herramienta para mejorar funciones cognitivas en personas con autismo y dificultades de aprendizaje. Con tono didáctico y esperanza basada en evidencia, afirmó: “Podemos actuar incluso antes de que aparezca el síntoma. Lo importante no es solo qué se estimula, sino cuándo y en quién”. Su enfoque apunta a una medicina de precisión basada en la plasticidad cerebral.
Desde el Hospital Sant Joan de Déu, la doctora Roser Colomé, neuropsicóloga infanto-juvenil destacó que hasta un 50% de los niños con trastornos del lenguaje sufre fracaso escolar. Propuso un enfoque que derribe los muros entre salud y educación, y advirtió: “Cuando un niño no puede expresarse, no solo pierde palabras; pierde vínculos”. Subrayó que las etiquetas deben dejar paso a la identificación de necesidades individuales.
Tras la intervención de la doctora Colomé, tuvo lugar una primera mesa de debate moderada por el doctor Pablo Lapunzina, y que congregó a la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute (Madrid), la consejera de La Rioja, María Martín, el investigador Lluís Montoliu y Juan Carrión (presidente de FEDER). El debate giró en torno al cribado neonatal genético, con propuestas para armonizar su aplicación en todas las comunidades autónomas. “Si podemos detectar 40 enfermedades, deberíamos hacerlo en todas partes”, reclamó Carrión.
Montoliu explicó que ya existen proyectos piloto para analizar más de 500 genes en recién nacidos. La clave, coincidieron todos, está en ofrecer un diagnóstico precoz que mejore la calidad de vida y optimice el gasto sanitario. “El reto ya no es técnico, sino político y ético”, afirmó Lapunzina.
Tras esta primera mesa de debate, el doctor Antonio Gil-Nagel, una autoridad en epilepsia pediátrica, abordó el síndrome de Dravet, una enfermedad rara ligada a mutaciones genéticas. Explicó cómo el conocimiento molecular permite evitar tratamientos erróneos y ofrecer alternativas más eficaces. “Si tratamos mal la epilepsia en Dravet, empeoramos el pronóstico. Si lo hacemos bien, el desarrollo mejora”, sentenció.
Después se celebró una mesa de debate sobre el futuro de los colegios de educación especial, moderada por Ignacio Martín. Reunió a los consejeros de educación Emilio Viciana (Madrid), Sergio Silva (Cantabria), María del Carmen Castillo (Andalucía) y Alberto Galiana (La Rioja). El mensaje fue unánime: los Centros Concertados de Educación Especial (CCEE) no son excluyentes, sino complementarios.
Viciana anunció la apertura de tres nuevos centros en Madrid. Silva comparó los CCEE con “UCIs educativas”, y Galiana defendió un modelo mixto con recursos personalizados. “La inclusión real requiere recursos, no discursos”, concluyó Castillo. También se abogó por mayor formación del profesorado, tanto en centros ordinarios como especiales.
Las doctoras Mariangela Tabone y Montserrat Diéguez, de la Universidad Europea de Madrid, presentaron un estudio inédito sobre la salud oral en niños con trastornos del neurodesarrollo. Detectaron alteraciones en la microbiota, presencia de bacterias patógenas y problemas funcionales como la deglución. “No es solo cuestión estética; hablamos de salud, autonomía y calidad de vida”, señalaron.
Su objetivo es desarrollar biomarcadores orales para detectar riesgos y mejorar la prevención en esta población vulnerable. También destacaron la importancia de una atención multidisciplinar que incluya a pediatras, odontólogos y logopedas.
Cerró la primera jornada el neurobiólogo Rafael Yuste, creador del proyecto BRAIN y promotor de Spain Neurotech, una iniciativa que aspira a convertir a España en referente internacional en neurotecnología. Advirtió sobre los riesgos éticos de la IA y las interfaces cerebro-máquina: “La neurotecnología avanza más rápido que la legislación. Necesitamos proteger la privacidad mental”.
Spain Neurotech busca impulsar un marco que combine ciencia, innovación y respeto a los llamados neuroderechos: identidad, libertad, privacidad y equidad. “La neurociencia debe ser un pacto entre el conocimiento y la conciencia”, concluyó.
SEGUNDA JORNADA
La segunda jornada comenzó con la presentación de los resultados del trabajo El impacto de la música en el cerebro: su poder neuromodulador en el desarrollo del lenguaje, a cargo de Manuela del Caño, doctora en Neurociencias y profesora de la Universidad de Burgos, Annika Linke, profesora de la San Diego State University y Wolfram Hinzen, profesor de Investigación de ICREA/Universitat Pompeu Fabra.
Según los investigadores, la neurociencia aplicada a la educación demuestra que la intervención musical puede mejorar el lenguaje en niños con trastornos del neurodesarrollo. La evidencia sugiere que la música favorece la neuroplasticidad y puede ser una herramienta efectiva y de bajo costo en terapias neuroeducativas. «No solamente estaremos fortaleciendo habilidades musicales, sino también alterando la estructura funcional del cerebro para mejorar la comunicación y el desarrollo cognitivo», aclaró Hinzen.
A continuación, el doctor Raúl Méndez, profesor de investigación y líder del laboratorio de biofísica molecular en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona presentó un hallazgo de enorme impacto, como es la desregulación en el empalme de microexones neuronales que puede provocar fenotipos similares al autismo. Es decir, que “no todo está en el ADN”, según tradujo la neuropediatra María José Mas, que también fue la maestra de ceremonias de esta segunda jornada.
En realidad, muchas regulaciones a nivel epigénetico y postranscripcional están implicadas en los fenotipos del autismo y que una proteína clave en las neuronas forma agregados sólidos cuando le faltan ocho aminoácidos específicos (vinculados a autismo y neurodegeneración). La investigación de Méndez sugiere que modificar o administrar estos pequeños aminoácidos en el cerebro podría revertir o mejorar trastornos del neurodesarrollo. «La posible reversibilidad de estos cambios mediante la administración de pequeños péptidos o drogas en el cerebro nos da esperanza en el tratamiento de trastornos neurológicos«, explicó Méndez.
Seguidamente, la doctora Noelia Moreno y Carolina Pérez, neuropediatra y maestra en audición y lenguaje, respectivamente, en El cole de Celia y Pepe, disertaron sobre el impacto transformador de la metodología educativa que se utiliza en el colegio y cómo su enfoque combina intervención terapéutica y aprendizaje personalizado para lograr avances significativos en el en el desarrollo cognitivo y emocional de los de los alumnos. «La clave está en adaptar nuestras intervenciones al perfil y ritmo de cada alumno, observando cambios en sus habilidades y potenciando sus fortalezas«, aseguró la doctora Moreno; “el trabajo en equipo multidisciplinar, unido a una metodología basada en evidencias, es lo que hace posibles avances significativos en alumnos con perfiles muy diversos”, completó Pérez.
Después, fue el turno de la doctora Beatriz Rico, catedrática de Neurobiología del desarrollo en el Kings College de Londres, que explicó cómo se configuran y fallan las conexiones neuronales durante el desarrollo cerebral, «un proceso que dura desde el embrión hasta la adolescencia”, y cuya correcta formación es esencial para el comportamiento. «Las conexiones entre neuronas, que se forman en etapas tempranas, pueden ser reprogramadas o compensadas en etapas adultas, aunque con menor eficiencia», aseguró la neurobióloga.
Tras ella, la doctora Debbie Gilmore, experta en Neuroplasticidad y directora de más de 150 colegios neurotípicos en Australia presentó otro de los trabajos desarrollados en El cole de Celia y Pepe, un piloto en el que se han probado los ejercicios del programa Arrosmisth desarrollado por Gilmore, que busca mejorar las conexiones neuronales, por ejemplo, de víctimas de accidentes de coches e incluso de adictos a droga o sexo, a través de la plasticidad neuronal. La intervención se basa en ejercicios dirigidos a fortalecer funciones cerebrales fundamentales como la planificación motora, ejecutando tareas que mejoran la lectura, escritura y habla. «Los resultados muestran que, fortaleciendo funciones cerebrales esenciales, podemos transformar el proceso de aprendizaje incluso en perfiles muy desafiantes (…) por lo que «nuestro objetivo es ampliar el uso del programa en más centros, y estamos abiertos a colaborar con organizaciones privadas para que más niños puedan beneficiarse«, advirtió Gilmore.
Seguidamente, se presentó el trabajo Neurological, Developmental and Psychiatric Issues in Children with Epilepsy, de los doctores Steven Wolf y Patricia McGoldrick, ambos del Boston Children’s Health Physicians of New York and Connecticut, y de Maria Fareri, del Children’s Hospital del Westchester Medical Center. Entre sus principales conclusiones, señalaron que la intervención temprana y ajustada al nivel de madurez del niño, así como la coordinación entre el equipo médico, educadores y familiares es esencial para un abordaje holístico y efectivo que produzca una mejora significativa en su rendimiento y bienestar. “Las herramientas de screening y las nuevas terapias génicas ofrecen un camino prometedor para reducir las discapacidades y mejorar la calidad de vida en estos pacientes«, celebraron estos especialistas.
La siguiente intervención fue la de Daniela Tautiva, responsable de formación en la Fundación Querer y coordinadora terapéutica de su gabinete multidisciplinar de atención temprana. Su charla giró en tono a la intervención educativa adaptada a las necesidades individuales de los niños, que, usando recursos diversos, mejora el aprendizaje y el bienestar emocional. «Cuando damos a cada niño la oportunidad de estar en su nivel de maduración y simplemente lo elevamos un poco más, los resultados mejoran, el niño está feliz y rinde mejor«, explicó.
Finalmente, neurología y salud mental se reunieron en la mesa de estas jornadas, con la intervención del psiquiatra Enrique Rojas, que habló de los nuevos avances para el tratamiento de la depresión en jóvenes con trastornos psicológicos, integrando ciencia, humanismo y valores. “Una personalidad equilibrada, un proyecto de vida y relaciones sólidas en ámbitos como el amor, el trabajo, la cultura y la amistad son fundamentales para la felicidad y el bienestar (…) y nosotros necesitamos un enfoque integral que combine medicina, educación y valores para enfrentar los trastornos neurológicos y emocionales de las nuevas generaciones”, aseguró el destacado psiquiatra.
Cena benéfica